Desde la montaña
A veces, el silencio tiene ese elemento mágico de hacernos pensar sobre lo que somos sin más preámbulo que un pensamiento, palabra o percepción. En estos días, he podido disfrutar de dicha magia, quizás por la facilidad que la montaña y su ambiente me facilita. Así, que me he dedicado a pensar un rato sobre esa invitación que tod@s tenemos a ser mejores, o como diría Leo Buscaglia "a ser persona". Si, creo que esto de que un@ no nace cuando sale de su madre, sino cuando se toma conciencia de lo que se es y se busca es una verdad suprema. Ese es el auténtico nacimiento y a much@s nos ha tocado experimentar ese momento crucial de formas y en tiempos muy diferenciados. A mi particularmente me ha sido de gran utilidad la presencia de personas clave, así como de oportunidades muy puntuales para crecer personalmente. La lista es grande y es ahora cuando más estoy consciente de no dejar pasar ningún momento para expresar esa vocación que tod@as compartimos de ser mejores personas cada día, a cada instante y en cada relación. Ojo, no es que no yo lleve un chaleco blindado ante lo que me disminuye como ser humano. Han sido muchos mis errores y serán muchas las lecciones que aún me tocará aprender. Mi punto es que, no importa cuando daño nos hayamos hecho o hayamos inflingido, siempre existe una oportunidad para crecer, ser mejores y, en cierta manera, redimirse a si mism@, pero sobre todo, que no tenemos excusas para caminar por la senda de crecer como invividuos y como colectividad. En tal sentido, quiero compartir la siguiente historia, no me tocó vivirla a mí, pero creo que en ella se refleja gran parte de la solidaridad que vivo.
Chiyo era un niño que prácticamente perdió a toda su familia durante la guerra en El Salvador. A sus nueve años había perdido a dos de sus hermanos que participaban en una marcha pacífica en San Salvador, su madre y hermana fueron vílmente asesinadas en su propia casa por los militares, otros dos de sus hermanos murieron en combate, en fin, solo quedaron dos hermanas más pequeña y su hermano mayor, al que llamaban Pajarillo, quienes se fueron siguiendo a su comunidad campesina para encontrar protección en las filas del FMLN. Bueno, se cuenta que Chiyo era un niño muy alegre, capaz de hacer reir a cualquiera y que llevaba una relación de amistad muy fuerte con su hermano. Chiyo y el Pajarillo fueron creciendo a lo interno de la las filas del FMLN; Pajarillo llegó a ser jefe de una unidad guerrillera y Chiyo se sumo al equipo de Radio Venceremos (radio de las fuerzas revolucionarias). Bueno, en el 87, Pajarillo cayó en combate la noche antes de que Chiyo y los del equipo de la Venceremos fuera a visitar el lugar donde estaba la unidad lidereada por Pajarillo. Para Chiyo fue una noticia aterradora saber que su hermano y mejor amigo había muerto. Su alegría se apagó y sus compañeros de la Venceremos no sabían como animarle o consolarle. De repente, se acerco otro niño de las fuerzas revolucionaria, se quedó mirando a Chiyo por un rato y le dijo: "No te ahuevés, Chiyo. Yo también soy tu hermano".*
Sí, este si que fue un nacimiento donde la solidaridad de saberse compañer@ y la que nos acerca a lo que debemos ser, personas, se muestra a flor de piel y sin tapujos. Sé que hay miles de elementos que resaltar de esa invitación que tod@s llevamos con nosotr@s, pero hoy quiero limitarme a lo aquí presentado .
Hasta la próxima!
Franja
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*Historia extraida del libro "Las Mil y Una Historias de Radio Venceremos" por José Ignacio López Vigil, UCA Editores, San Salvador, 2010 (15a. reimpresión): p. 437-440
Un espacio para compartir y reflexionar sobre mi experiencia en asumir la vida con alegría, entereza y solidaridad.
domingo, agosto 26, 2012
domingo, agosto 19, 2012
Intro
Bienvenid@s a Franjeando!
Desde hace algún tiempo tenía en proyecto comezar este blog. Bueno, ya no hay excusas, las primeras líneas han sido escritas y habrá que continuar. Así que asumo el reto de compartir con ustedes mis reflexiones, esperando que éste sea un espacio de diálogo que nos permita acercanos más.
Como de seguro sabrán, desde finales de junio mi familia y yo nos hemos mudado desde Washington, DC a Monteverde, Costa Rica. Sí, el cambio es radical. Pero nos sentimos contentos de poder estar en América Latina y ofrecer a nuestras hijas esa gran oportunidad de saberse internacionalistas. Esta si que es una gran tarea!
Monteverde es muy diferente a DC. Comencemos por decir que aquí no cae nieve, pero la lluvia es algo a lo que hay que acostumbrarse, pues, cae diariamente. En Monteverde se camina a todos lados y no hay que ir a un zoo para encontrarte con animales silvestre. De hecho, en el patio de la casa tenemos una familia de armadillos. Las tormentas eléctricas son un espectáculos, lo único que hay que tener presente que te pueden 'joder' los aparatos, así que nos estamos acostumbrando a correr para desconectar todo.
En estos días he estado pensando mucho sobre la evolución. Quizás esto tenga que ver con la gran diversidad de insectos y vichos raros que he visto en el patio, adentro y afuera de la casa. Que maravilla! Creo que es una fascinación poder explorar con las niñas todo esta gran biodiversidad sin perder la perspectiva de que somos parte de ella; y sin querer darles envidia, la foto de arriba es solo una de las atracciones naturales que tenemos en el vecindario. Ya les compartiré otras cosas.
Bueno, esta es la primera entrada en este espacio. No quiero cansarlos, pues, ya tendremos la oportunidad de compartir otros temas, intereses e inquietudes.
Hasta pronto ;-)
Desde hace algún tiempo tenía en proyecto comezar este blog. Bueno, ya no hay excusas, las primeras líneas han sido escritas y habrá que continuar. Así que asumo el reto de compartir con ustedes mis reflexiones, esperando que éste sea un espacio de diálogo que nos permita acercanos más.
Como de seguro sabrán, desde finales de junio mi familia y yo nos hemos mudado desde Washington, DC a Monteverde, Costa Rica. Sí, el cambio es radical. Pero nos sentimos contentos de poder estar en América Latina y ofrecer a nuestras hijas esa gran oportunidad de saberse internacionalistas. Esta si que es una gran tarea!
Monteverde es muy diferente a DC. Comencemos por decir que aquí no cae nieve, pero la lluvia es algo a lo que hay que acostumbrarse, pues, cae diariamente. En Monteverde se camina a todos lados y no hay que ir a un zoo para encontrarte con animales silvestre. De hecho, en el patio de la casa tenemos una familia de armadillos. Las tormentas eléctricas son un espectáculos, lo único que hay que tener presente que te pueden 'joder' los aparatos, así que nos estamos acostumbrando a correr para desconectar todo.
En estos días he estado pensando mucho sobre la evolución. Quizás esto tenga que ver con la gran diversidad de insectos y vichos raros que he visto en el patio, adentro y afuera de la casa. Que maravilla! Creo que es una fascinación poder explorar con las niñas todo esta gran biodiversidad sin perder la perspectiva de que somos parte de ella; y sin querer darles envidia, la foto de arriba es solo una de las atracciones naturales que tenemos en el vecindario. Ya les compartiré otras cosas.
Bueno, esta es la primera entrada en este espacio. No quiero cansarlos, pues, ya tendremos la oportunidad de compartir otros temas, intereses e inquietudes.
Hasta pronto ;-)
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