Plegaria a la Madre
Francisco J. Burgos
Tierra madre,
polvo
cósmico,
memoria viva de energía
Mama Pacha,
colorida y vibrante,
cuántas veces camino sobre ti,
sin la consciencia de hacerlo contigo,
olvidando mi pertenencia a ti.
Oh Tierra!
Madre olvidada,
y a pesar de ello,
siempre generosa.
Que tu bondad,
esa que surge desde la gratuidad creativa y perenne del
multiverso,
se engendre en mi,
transformando lo que soy
y se manifieste cual gesto humilde y sublibeme de cada
partícula,
en la semilla brotada,
en el canto del pájaro libre,
en el río que corre para comunicar su mensaje de vida,
en la solidaridad de tus hijas e hijos.
Madre Tierra,
ultrajada por mi consumo,
violada por mi egoismo,
saqueada y vapuleada una y mil veces;
perdona mi desamor
y ayúdame habitar contigo el vasto cosmo y su misterio.
Que tu dolor sea mi dolor,
que mis actos acaricien tu rostro materno,
y transformen mi corazón en ecología viviente,
esa que camina
sembrando vida y sueños
de otra relación posible entre tu y yo,
entre todos los seres que, sabiéndolo o no,
vivimos gracias a ti.
