miércoles, noviembre 14, 2012

La consciencia de hacerse y saberse pueblo.

La consciencia de hacerse y saberse pueblo.
El sentido historórico-existencial de las personas como parte esencial de la construcción de la sociedad se ve mermado por la carencia de compromiso para responder a los retos que hoy afrontamos.  Es triste y doloroso ver como aceptamos, sin reflexión o acción alguna, los vejámenes de administraciones públicas y privadas que atentan contra la dignidad de la gente, sin que exista un intento serio de cambio o reacción.  Así, por ejemplo, nos topamos con 'servidores' públicos que no sólo dicen representar y velar por los intereses del pueblo, pero cuyo salario depende directamente de los dineros que el pueblo genera.

Hago esta reflexión en el contexto de saber que mientras muchos maestros y maestras en la República Dominicana ganan alrededor de 10 mil pesos, pero la Ministra de educación decide aumentarse el salario de 187 mil a 300 mil pesos.  En qué carajo estaba pensando esa señora?

Asímismo, pienso en el pueblo haitiano y en el gran desorden organizado al que ha sido sometido por tantos años.  Para muestra, habría que indagar por qué en Haití no se ha podido hacer un inventario catastral que facilite una sincera reforma agraria en favor de sus ciudadanas y ciudadanos?  O exigirle a las autoridades de Jamaica mayor información sobre sus negocios con China en torno a las tierras para producción de caña.  Bueno, los negocios  'no claros' con China pueden sobrepasar nuestro imaginario.

En fin, estos son solo unos pequeños ejemplos de lo que pasa y ha pasado en el Caribe, sabiendo que esta situación no es ajena al resto de América y del mundo.  Auque debo admitir que hay modelos a seguir.  Un ejemplo concreto lo constituye la práctica del presidente Mujica (Uruguay) quien dona el 90 por ciento de su salario como servidor público a instituciones de bien social. Cuanto nos queda por aprender!

Quiero cerrar esta corta reflexión con una nota muy positiva.  El pasado domingo 11 de noviembre los y las jóvenes de Rep. Dominicana dieron un signo de civilidad, pero sobre todo de que algo nuevo está naciendo y que puede sacudirnos y hacernos sentir y ser más pueblo cada día.

Hasta luego,

sábado, noviembre 03, 2012

De proyectos ideales y procesos inconclusos

Puesta de Sol desde la casa en Monteverde, Costa Rica
Hace unas semanas celebrábamos en centroamérica la conmemoración de la independecia.  A raíz de las fiestas cívicas me puse a reflexionar sobre cuán importante es para los ciudadanos y ciudadanas hacer conciencia de lo que realmente significa ser patriota.  Y es que por muchos años, nos hemos avocado en promover rituales cargados de significados vacios, sin sentido, que han terminado apoderándose del significado mismo de la patria o de su amor por ella.
La patria, tan defendida inútilmente en canciones e himnos que no mojan la realidad de la gente que los canta, se ve atrofiada por nuestras acciones cotidianas, esas que sí representan lo que somos y creemos como individuos y como sociedad.  El comercio se hace pan nuestro de cada día cuando lo que importa no es vivir los grandes valores de libertad que motivaron nuestros movimientos independentistas, sino la cantidad de banderas y otros objetos que son vendidos alrededor de las efemérides patrias.
El sentido cívico asociado al patriotismo se nos ha ido al suelo.  De aquí a que no sea extraño observar (como me decía un amigo) gente que llevan muy bien sus banderas, pero se pasan el semáforo en rojo; personas que dicen amar su patria pero se les olvida que el suelo patrio no es distinto al que ellos contaminan tirarando basura en la calle.  Seguro que usted también se preguntará que tipo de patriotismo es el que profesa el representante político o servidor público que se lucra a costa del pueblo y de los bienes del Estado.  No creo que sea necesario mencionar nombres aquí ya que los ejemplos nos sobran.
La patria siempre será un proyecto ideal, pues, siempre habrá espacio para mejorar lo que somos.  Ahora bien, el aceptar la patria como proyecto ideal de procesos inconclusos no debe ser la excusa para mantenernos en este estado letárgico que nos impide abrazar cambios sociales significativos.  Debemos despertar e involucrarnos en salvar la patria, pero con un real compromiso y significado de patriotismo; éste como práctica de la justicia, el trabajo, la libertad, la paz y el diálogo como algunos de sus elementos esenciales.  Es así, como entiendo, debemos hacer patria.