El sentido historórico-existencial de las personas como parte esencial de la construcción de la sociedad se ve mermado por la carencia de compromiso para responder a los retos que hoy afrontamos. Es triste y doloroso ver como aceptamos, sin reflexión o acción alguna, los vejámenes de administraciones públicas y privadas que atentan contra la dignidad de la gente, sin que exista un intento serio de cambio o reacción. Así, por ejemplo, nos topamos con 'servidores' públicos que no sólo dicen representar y velar por los intereses del pueblo, pero cuyo salario depende directamente de los dineros que el pueblo genera.
Hago esta reflexión en el contexto de saber que mientras muchos maestros y maestras en la República Dominicana ganan alrededor de 10 mil pesos, pero la Ministra de educación decide aumentarse el salario de 187 mil a 300 mil pesos. En qué carajo estaba pensando esa señora?Asímismo, pienso en el pueblo haitiano y en el gran desorden organizado al que ha sido sometido por tantos años. Para muestra, habría que indagar por qué en Haití no se ha podido hacer un inventario catastral que facilite una sincera reforma agraria en favor de sus ciudadanas y ciudadanos? O exigirle a las autoridades de Jamaica mayor información sobre sus negocios con China en torno a las tierras para producción de caña. Bueno, los negocios 'no claros' con China pueden sobrepasar nuestro imaginario.
En fin, estos son solo unos pequeños ejemplos de lo que pasa y ha pasado en el Caribe, sabiendo que esta situación no es ajena al resto de América y del mundo. Auque debo admitir que hay modelos a seguir. Un ejemplo concreto lo constituye la práctica del presidente Mujica (Uruguay) quien dona el 90 por ciento de su salario como servidor público a instituciones de bien social. Cuanto nos queda por aprender!
Quiero cerrar esta corta reflexión con una nota muy positiva. El pasado domingo 11 de noviembre los y las jóvenes de Rep. Dominicana dieron un signo de civilidad, pero sobre todo de que algo nuevo está naciendo y que puede sacudirnos y hacernos sentir y ser más pueblo cada día.
Hasta luego,
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